
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha consolidado su poder desde que estallaron las protestas populares en 2018.
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El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha consolidado su poder desde que estallaron las protestas populares en 2018.
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CIUDAD DE MÉXICO — En su continua represión de la disidencia, Nicaragua ha despojado a 94 personas de su ciudadanía.
En la televisión estatal, el juez de la Corte de Apelaciones Ernesto Rodríguez Mejía dijo el miércoles que los 94 nicaragüenses fueron declarados traidores. Rodríguez Mejía no dijo si los nicaragüenses fueron juzgados, pero dijo que ahora eran «prófugos de la ley», condenados a muerte civil, perdiendo todos sus derechos, sus propiedades y su ciudadanía de por vida.
La lista incluye defensores de los derechos humanos, periodistas y dos de los escritores más destacados de Nicaragua: la poeta Gioconda Belli y el novelista Sergio Ramírez.
Vilma Núñez, la más destacada defensora de los derechos humanos en Nicaragua, también fue desnacionalizada.
Esto ocurre pocos días después de que Nicaragua desterró a 222 presos políticos. Fueron puestos en un avión a los Estados Unidos y despojados de su ciudadanía, bajo una nueva ley que busca anular una prohibición constitucional sobre la desnacionalización.
Los analistas dicen que esto marca una profundización del autoritarismo en Nicaragua. Desde que estallaron las protestas populares en 2018, el presidente Daniel Ortega ha consolidado su poder.
La Federación Internacional de Derechos Humanos dijo que esta medida constituía un «claro ataque contra la sociedad civil y los defensores de los derechos humanos en el país».